Llega la primavera y con ella el buen tiempo, aumentan las temperaturas, los días son más largos y vamos diciendo poco a poco adiós al largo invierno. Pero de repente con el cambio que llega, algunas personas se encuentran más cansadas o apáticas, es lo que se denomina astenia primaveral.
La astenia primaveral es una sensación pasajera y subjetiva de cansancio, tanto físico como intelectual, que no tiene una causa orgánica definida y está correlacionada con el inicio de la primavera, se manifiesta mayoritariamente en mujeres.
La astenia primaveral ha aumentado en estos últimos años. Este aumento está relacionado con nuestro entorno, estrés, ansiedad, hiperactividad, sobrecarga laboral,… todos estos factores inducen estados anímicos bajos y reducen la capacidad adaptativa del organismo ante cualquier tipo de cambio.
Síntomas de las Astenia Primaveral
- Cansancio, fatiga, debilidad general.
- Hipotensión, mareos.
- Dolor muscular y articular.
- Cefaleas.
- Falta de concentración, trastornos de memoria, fatiga intelectual.
- Irascibilidad, cambios de humor, melancolía inexplicable.
- Problemas digestivos, pérdida del apetito, aumento de la sensación de hambre,…
- Trastornos del sueño (insomnio, intensa sensación de sueño).
- Inapetencia sexual.
- Disminución de las defensas inmunológicas por el bajo estado de ánimo.
Hay que tener en cuenta que está sintomatología también se puede producir por otros problemas como: anemia, hepatitis, depresión,… así que lo primero que deberemos hacer es descartar.
Podemos implantar una serie de hábitos como medida preventiva para el decaimiento primaveral como:
- Mantener una buena higiene del sueño: horarios fijos, dormir un mínimo de 7 horas diarias, disponer de un ambiente adecuado y elementos confortables para el descanso.
- Practicar ejercicio físico moderado de forma regular y aumentar las actividades al aire libre.
- Seguir una dieta sana y equilibrada, baja en grasas y alta en fibra, con abundancia de frutas y vegetales frescos.
¿Cómo hacer frente a la astenia primaveral?
Los tratamientos fitoterápicos y/o la administración de determinados complejos vitamínicos y suplementos minerales pueden ser una alternativa complementaria y útil para paliar los estados pasajeros de agotamiento y decaimiento.
También preparados con polen y la jalea real son un recurso nutricional utilizado con frecuencia contra el decaimiento y la sintomatología asténica.
Preparados a base de ginseng, eleuterococo, nuez de cola, hipérico, ginkgo o guaraná tienen propiedades tonificantes, adaptógenas, reconstituyentes, reguladoras de procesos metabólicos y estimulantes atribuibles a sus distintos componentes activos y a los fenómenos de sinergia que ejercen entre ellos.
Adoptar de forma proiláctica algunas de las medidas mencionadas con anterioridad es sin duda la mejor estrategia para combatir este desorden primaveral antes de que aparezca su sintomatología.
